Llegar al final del día
como al final de tu cuerpo.
Cansado, y sudando sobre ti,
respirando a destiempo.
Pensar en la suavidad
de la palabra siguente,
que es tan dura como la piedra.
(Hay un río de piedras frías en tu pecho
que se resquebrajan en el fuego: piedras de río)
domingo, 13 de enero de 2008
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Etiquetas:
Poemas instantaneos
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