viernes, 3 de julio de 2009

Las dunas

Para mi amigo Gerónimo Basilio

Cuando regresamos caminando por las dunas no tan alejadas de la orilla de la playa,
nosotros sí lo estabamos uno del otro. Pocos pasos para llegar a la otra duna habitada por la vegetación acostumbrada a los vientos constantes de la playa, y aún así al llegar ya no estabamos minimamente cerca. Nuestros amigos nos observaban espantados de nuestro asombro al encontrar detritus cada vez que nos alejabamos hacia las otras dunas de la playa. Y tú recogiste dos piedras, una plana y que era como un medallón, y la otra amorfa y blanca como una taza de té vieja, y me las regalaste con la emoción de haber encontrado aunténticos tesoros marinos.
Yo entiendo que lo único que sobrevivirá en esas dunas será la vegetación; las dunas cambiarán de sitio cada cien años, pero las huellas no durán más de dos minutos allí.
Nos costó trabajo encontrar el regreso al campamento, donde los amigos aguardaban espantados.

miércoles, 1 de julio de 2009

Apatía

Como ya no tengo más frasesformas para llamarla a mi lado, renuncio.
Como ya no tengo ganas de volver a los libros, renuncio.
Como ya no puedo dejar de escribir, renuncio.
Porque no le hablo si no me habla, renuncio.
Porque mis ideas son, con frecuencia, oscuras a su lado, renuncio.
Como no pagaré los recibos de luz, del agua,
ni mi tarjeta de crédito, renuncio.
Porque no puedo convivir con mi hermano, renuncio.

(A veces, con frecuencia, me empeño en no hacer nada, pero entonces cocinar, lavar los trastes, sacar la basura del baño, regar mis plantas, ¡comer! se vuelven tareas que requieren demaciada concentración; prefiero no salir de casa.
Para que un hombre esté sano, con frecuencia, debe recurrir a las ideas de los demás; no es humanamente posible la renuncia entera a las labores del hogar. Uno debe salir a tomar el aire sucio, dejarse mojar por los autos rápidos en los charcos, mezclarse entre los sudores de los pasajero en los camiones.
Pero al mismo tiempo, renuncio.
En pleno uso de mis facultades mentales, renuncio)

Porque no puedo conseguir nueva música, renuncio.
Porque nunca sé qué hacer con lo que pienso, renuncio.
Porque ya no conozco a nadie más, renuncio.
Porque viviré de nueva cuenta solo, renuncio.
Porque perdí el camión esta mañana, renuncio.
Porque fumo demaciado, y tengo poco dinero, renuncio.
Porque hoy volvió a llover, y no encontré mi paraguas, renuncio.

Porque renuncio, anuncio...