martes, 22 de septiembre de 2009

Función fática

A nuestra edad la dinámica de las relaciones toma otro rumbo.
Hemos perdido los ímpetus del adolescente, y ya no confiamos
en la totalidad del amor, aunque tampoco confiamos en las
posibilidades limitadas de nuestros cuerpos. Siempre todo
termina por fastidiarnos.

martes, 15 de septiembre de 2009

La seguridad de los árboles

*
En la ciudad los árboles no son seguros
y sin embargo vivo entre los fieles a la tierra
**
Soy fértil para las frutas rancias
Los árboles de las ciudades no paren bien sus frutos
***
Construyamos una casa aquí
enterremos árboles en el jardín
pensemos en su futuro
y en su sexo
en la naturaleza de sus frutos
que ácidos y dulces y amargos
serán finalmente nuestros

lunes, 14 de septiembre de 2009

Recomienzo

De nuevo fuimos al mar
y reconozco que eres valiente por nadar
conmigo a oscuras
No sabes nada de mí
y yo me paso confundiendo el tono de tu cabello
con los tonos de mi piel que te permito tocar
reconocer
morder
tirarla al sol para iniciar fogatas marinas.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Los compañeros

¿Qué hacemos aquí?
No sabemos mucho acerca de nosotros
ni de los que los estuvieron mínimamente antes de nosotros.
Hemos desaprendido situaciones para la vida toda nuestra vida
y no hemos –ciertamente- pagado un solo céntimo por nuestra educación
pero qué caro nos ha salido todo.
Nada les creo, aquí no venimos a instruirnos
para dormir en paz
para despertar en paz
ni para no sentir el vacío bajo nuestras camas.
Sabemos que no podemos vivir tranquilos en muchos lugares,
siempre tenemos bastantes amigos que duran diez minutos
y entonces lo sabemos. Nuestros amigos.
Qué estamos haciendo
Qué estamos creyendo
qué estamos leyendo
Confiamos en libros caros de lenguas difíciles
pero no hablamos con nuestros vecinos
los que miran nuestros hábitos de estudiantes amodorrados.
Son tantas
son tantas
son tontas aquí las situaciones para la vida
¿qué estamos haciendo?

jueves, 3 de septiembre de 2009

Lengua maternal

Lo único que tenemos en común
es nuestra lengua materna,
último recurso para poseernos:
yo te pronombro aquí
para prenderte fuego.