domingo, 13 de enero de 2008

***

Llegar al final del día
como al final de tu cuerpo.
Cansado, y sudando sobre ti,
respirando a destiempo.

Pensar en la suavidad
de la palabra siguente,
que es tan dura como la piedra.

(Hay un río de piedras frías en tu pecho
que se resquebrajan en el fuego: piedras de río)

No hay comentarios.: