viernes, 17 de abril de 2009

Nadar nos hacía sudar

Camino delante de ellas cuidando que no pisen una rama filosa, una piedra afilada,
una hoja afilada.Cuesta mucho hablar de las cosas más insignificantes, no hay un sólo intersticio para la pregunta que vaya más allá del clima de la tarde, del clima de la noche, o de cuánto falta para llegar.Quizás hace tanto calor que no permiten que el aire se les gaste en decir algo, pero yo intento y me voy por los recuerdo que tenemos en común.
Son pocos y todos bastante desagradables.Quisiera estar nadando en este instante en el que pienso en Lucía, en el que confundo su silueta con la mujer que viene siguiéndome creyendo que le cuido los talones.

1 comentario:

Andrea Pájaro dijo...

si tan solo, Lucia supiera