miércoles, 3 de junio de 2009

con-fianza

Llegué tarde, veinte minutos no es nada cuando la avenida que libera a colonias densas de la ciudad (lomas verdes, trancas, reserva, xalapa 2000)ha sufrido construcciones de puentes y tuberías profundas de dos metros de diámetro. La presentación 7pm, número 8 de la revista de la UV, La palabra y el hombre.Los eruditos hablaron aburridamente, leyendo las cosas que supuestamente les costó trabajo escribir; lo único que valió la pena fue que a todos los asistentes a la presentación, que pudimos soportar 82 minutos de parloteo académico protocolario, recibimos de regalo una revista en cuestión. De invitado a la presentación estuvo el gran ceramista Gustavo Pérez, ya que su obra se presenta en el Dossier del número 8; y a mí me parece que fue lo único que valió la pena. Habló sin papel en mano, libremente; se lamentó sobre la mala fortuna de haber encontrado a u falsificador de su obra, que además obtuvo un premio por su supuesta originalidad. Alguién del público preguntó algo que sólo él mismo pudo escuchar, pero Pérez dijo que sí, que era duro, que pasó (tardó) 22 años en que su obra fuera conocida; mientras tanto medio vivía,sobrevivía vendiéndo alguna piezas de su obra jóven,que el dinero era escaso, que los libros son indispensables;¡¡¡no tenia nada para escuchar música!!! Confesó que a los 14 años tuvo la oportunidad de trabajar en una fábrica, y aunque su desempeño fue en oficina, supo que el trabajo no era para él. Que alguien que quiere ser ceramista (yo creo que artista, pintor, músico, escritor,bailarín...)tiene que tener confianza, esperar, confiar. 22 años es mi edad. Confianza.

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